martes, 16 de junio de 2009

Una vida... A medias

¡Buenas noches!

¡Qué largo se me ha hecho esta vez nuestro re-encuentro! Parece que no, pero cuando te acostumbras a escribir ciertas noches de la semana, si cambias la rutina, lo notas. Parece que haya transcurrido más tiempo del que realmente es. En fin... será cuestión de seguir así.

Por lo que he visto, en el último post, hubo de todo. Algunos lo criticaron con buenos argumentos, otros lo defendieron, unos se sorprendieron y otros ya lo conocían, pero así es esto. Lo bueno de la opinión, porque ya sabéis como es eL descafeinado. Aquí si que hay libertad, y sobre todo (cosa que me gusta bastante), respeto. ¡Y que siga así!

Hoy, si que vengo con la intención de pediros vuestra opinión más sincera. Os cuento:

Normalmente, salgo a correr dos o tres días por semana con mis compañeros de clase por los alrededores de un parque cercano a mi casa.
Depende de los días, pero solemos ir 2 o 3 compañeros e incluso 5 o 6 los días de más asistencia. Hemos creado una rutina y la verdad, viene muy bien en esta época de semi-estrés por los exámenes.

Pues durante una de estas travesías, íbamos comentando la posibilidad de vivir sin el móvil. Uno de nosotros (corredores), ya lo hace, y su experiencia es interesante:
Al parecer
Jaime, que así se llama, ha conseguido lo que muchos creemos muy difícil o casi imposible a día de hoy: ha conseguido quitarse el móvil de su vida.
Menuda hazaña, nos cuenta. La verdad es que fue por causas fortuitas lo que provocó el quedarse si un teléfono, y por mera vagueza de cambiar o comprarse otro, decidió probar lo que era desprenderse de tan allegado aparato.


Dice que todo se hace, como se hacía por aquel entonces (año 2000); se llama antes de quedar, y se confía en la puntualidad de la persona para llegar al sitio indicado. También hay que decir que, el chico (Jaime) "tira" bastante del mail, y mediante su blog, el correo, facebook, y el teléfono de su casa, el hombre se arregla.

Para nosotros, es un incordio. Sí, porque localizarlo suele resultar bastante complicado. Uno, normalmente con 21 o 22 años no para mucho por casa, y la verdad si necesitas quedar con él a una hora o cambiar algo, o cualquier cosa inmediata, no puedes. Te fastidias.
Pero él vive genial... siempre tiene la escusa de su móvil.

Continuando con la conversación en carrera, otro compañero le replica:
- Jaime, no puedes vivir así, porque en tu contexto todo está condicionado al móvil y a la inmediatez de las cosas. Así no eres productivo ni eficaz para tu entorno. De hecho, así pierdes más que ganas. Hoy en día, vivimos con el teléfono para estar localizables a todo y para que en una ocasión de urgencia, como por ejemplo un pinchazo en carretera, poder avisar de lo ocurrido y que vengan a socorrerte.

Banal argumento, debió pensar Jaime. Porque su contestación fue:
- Si el problema es un pinchazo, hay teléfonos en carretera. Si no, andaré, cambiaré yo la rueda o me buscaré la vida como ha hecho todo el mundo.
- Si el problema es estar localizable, todos los que me conocen saben donde encontrarme, y los que me busquen para trabajo, cuentan con un mail que chequeo a diario varias veces.
- Si el problema es estar inmediatamente localizable, te puedo decir que no hay nadie que necesite tanto de mí, y si lo hay que me busque lo suficiente como para encontrarme sin mi teléfono, entonces sentiré que de verdad le importaba encontrarme.

Anticuado, libre, tranquilo, loco, ... no sé. Yo pienso que en parte tiene razón. Se podría vivir sin estar tan pendiente del teléfono. Pero creo que se ha adueñado de mucha parte de nuestra vida. Y que realmente pasa a ser necesario la utilidad del mismo.


Tú fíjate, ahora resulta que realmente un aparato puede cambiar el ritmo social de las cosas. Que curioso...

El caso es que seguimos corriendo, cada uno pensando en como sería su vida sin el movil. Llegamos a la playa, tocamos el agua, y volvimos hacia nuestro parque para continuar con el recorrido. Pero cada uno pensando en lo suyo. Parece que eso del móvil... había dado que pensar... O que de tanto hablar, teníamos flato... Nosé, yo sigo dándole vueltas.


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

7 comentarios:

Obama dijo...

Despues de leer el post detenidamente me ha venido al pensamiento casi de inmediato un curioso pez que vive en las profundidades abisales y que es ciego, si ciego del todo,la naturaleza siempre sabia habrà pensado si allì no llega la luz para que voy a dotar del sentido de la vista a alguien que con o sin ella no va a ver nada. Pues los humanos somos un poco asi, nos acostumbramos(que no necesitamos) a disponer de algo, lo asimilamos como una rutina y siendo como somos animales de costumbres ya esta la necesidad planteada y la soluciòn en la mano.Jaime es un tipo inteligente, no porque vaya a contracorriente, sino porque no se deja dominar por algo que bien analizado ,por màs excusas que nos queramos dar no es en absoluto imprescindible y el hecho de no ser dependiente en un mundo de rebaño y manada como es este ya merece todos mis chapeau,Jaime tomate una por mi cuenta

Anónimo dijo...

En este tema propuesto se pueden esgrimir casi tantos argumentos a favor como en contra, como bien dice Jaime si es por avisar de un percance hay telefonos cada cierto espacio con los que avisar de cualquier incidencia, pero creo seria inutil tratar de convencer de las bondades de unos argumentos frente a otros, personalmente y por razones estrictamente econòmicas al principio y luego porque me di cuenta que no hacia falta tanto uso, he restringido muchisimo las llamadas y cosa curiosa mi vida es la misma pero con cuarenta euros màs al mes en bolsillo, en nada se ha visto modificada mi comodidad, seguridad, trato con amigos, relaciones familiares, nada de nada, asi que de forma totalmente convencido, digo que sin tanto mòvil se puede vivir magnificamente, estamos saliendonos de madre con el uso-abuso.Salud buhos

Anónimo dijo...

Curioso tema el propuesto por
MaIk que se puede generalizar no solo al telefono sino a un montòn de utensilios como el ordenador, el aire acondicionado, la calefacciòn y un sinfin de cosas a las que tenemos por completamente necesarias y no sustituibles, pero que si un dia la vida nos viniese mal dada veriamos como no solamente saldriamos adelante sino que veriamos que a lo mejor incluso eramos màs felices al no ser tan dependientes, esto me recuerda un poco al post de la semana pasada sobre la influencia de los medios de comunicaciòn y su importancia sobre nuestra vida.Creo que que hay que romper determinados tabùes y percatarnos que somos màs inteligentes incluso de lo que nosotros mismos pensamos.Yo era fumador, queria dejarlo pero pensaba que no estaban los tiempos para tirarse encima dificultades añadidas con el sindrome de abstinencia, buhos, no se de donde me salio la voluntad pero llevo sin fumar desde Navidad, me siento magnifico, no solo no me ha entorpecido añadiendome un sindrome ,sino que ha aparecido algo magnifico, la sensaciòn de que es falso que las cosas son asi y no pueden ser de otra manera.Fuera TELEFONOS

Varo dijo...

Buenas noches,

La verdad que es un tema curioso y que alguna vez me he planteado. Ya he tenido alguna charla sobre el tema, pero sin plantear el dejar el dichoso aparato.
Es cierto que es un objeto útil, en eso estoy de acuerdo. Pero el caso es que, como bien se ha dicho, antes viviamos sin dicho aparato, incluso sin internet, y ahora no podemos estar sin entrar en la red a leer blogs, el periódico, correo electrónico (con todo lo que engloba). Vivimos en una sociedad un tanto asentada, dormida, quizá.
Yo veo que el acto de Jaime es muy oportuno y positivo, porque deja claro que las cosas no siempre nos pueden dominar, somos nosotros los que nos dejamonos dominar por las cosas.
Parece ser que todos deberíamos de hacer el esfuerzo, o el simple acto de dejar aquello que nos subyuga, por llamarlo de alguna manera.
Sin más, mi más sincera enhorabuena al señor Maik por este magnífico blog, que aunque no escriba, si que lo leo, ya lo sabes.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ye, Maik! Gracias por el protagonismo que me das en esta entrada. Me la he leído enterita, jajaja


Algunos me han preguntado si es por rebeldía o algo así: ¡qué coño! ¿Vosotros cuando salís a pasear un domingo que lleváis en los bolsillos? Nada, porque no hay nada que preocupe.

Pues vivir sin móvil es hacer que la vida se parezca un poco más a un paseo de domingo. Lo digo en serio.

Por otra parte, no fue algo radical: yo apenas usaba el teléfono y no me costó modificar mis rutinas para no necesitar llamar desde fuera de casa. Se me rompió y me dije que había que probar.


Si a esto le añadís que me quemaron el coche hace tres meses y que por problemas de oído no puedo escuchar música en cascos... el resultado es que me muevo en bicicleta silbando. Una gozada, oiga. jajajjaja

Va, ¿quién se apunta? Os insultarán a veces; pero a la cara, que no tenéis móvil.

Manrique dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios sobre el tema, que la cuestiòn principal no es mòvil, ordenador, etc, si o no, la cuestiòn es el abuso que cometemos casi sin darnos cuenta de esos medios que nos deben ayudar pero no subyugar,yo por otra razòn distinta a Jaime dejè su hiperutilizaciòn por cuestiòn economica, me he acostumbrado y practicamente lo llevo para recibir llamadas, y tengo que deciros que esa sensaciòn de creerte como liberado es muy refrescante.

Anónimo dijo...

Tal y como estan pintando las cosas, seria bueno que se aprovechase estos momentos de incertidumbre economica para replantearnos una serie de actitudes que una veces por ahorro economico y otras por preservar un poco nuestra pequeña y cada màs raida "identidad" utilizasemos adecuadamente, no tiene sentido ninguno que momentos despuès de separarte de un amigo, estes tratando de ponerte en contacto con el de nuevo para cualquier chorrada. Otro aspecto que para mi particularmente resulta chusco es que le demos el nùmero a todo aquel que nos lo pide, aùn a sabiendas que las mas de las veces voy a tener a alguien que de una u otra forma puede molestarme en cualquier momento(no entran aqui por supuesto, trabajo etc).como tampoco me entra en la cabeza que nos desnudemos con el envio de perfiles, sinceramente creo que nos vendemos por poco aunque lo hagamos por juego o moda.