lunes, 28 de septiembre de 2009

RENOVARSE O...

¡Hola a todos!

Buenas noches búhos.
Como todos sabéis para que las cosas sigan funcionando, han de renovarse.
Y le ha tocado el momento a eL descafeinado.

El motivo principal de este parón es debido a unos cambios importantes en el blog.
Adelantamos que eL descafeinado de meDia nochE dispondrá en un futuro próximo de algo más que sus textos.
Estamos trabajando en el apartado audio-visual de eL descafeinado. Pronto tendremos nuestro propio portal de videos y quién sabe si algo más.

Por el momento nos volveremos a ver el próximo día: 15 de OCTUBRE.

Espero que estéis todos aquí este día, porque habrán sorpresas.
Ya sabéis que la vida es: renovarse o morir.

ASí que nos vemos en 17 días búhos!!
Acordaros!!! eL descafeinado volverá con sorpresas.

Si queréis que os recordemos la fecha de la vuelta, escribirnos un correo en el apartado de la derecha, donde está la imagen del sobre.
Sentimos mucho el parón, y agradecemos mucho vuestra confianza y vuestra paciencia.

¡HASTA PRONTO!

Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

martes, 22 de septiembre de 2009

Soy, uno más

¡Buenas noches!

¿Qué tal? ¿Encontrasteis vuestros ratos de silencio durante el fin de semana? Yo no tuve tiempo, de verdad.

En fin, ya ha empezado una nueva semana y poco a poco ya nos vamos incorporando todos a nuestra tertulia. El número de búhos/as aumenta, por lo menos eso dicen las estadísticas jeje, y eso algo muy bueno.

Eso es tan bueno, que a veces me planteo deciros la verdad. Deciros que escribo sin pensar la mitad de las veces, y que suelo irme por los "cerros de úbeda", que me dejo la mitad de mis argumentos en el tintero y que muchas veces leéis una parte de lo que yo he pretendido decir, la otra... directamente, ni ha llegado a existir. Pero gracias por no faltar.

Hoy, de verdad, si tenía algo preparado.
Quería hablaros de una frase que me ha marcado este verano. La dijo uno de mis compañeros de trabajo. Y esto fue lo que dijo:

"Aquí todo el mundo quiere mandar y ser el capitán del barco, y no se dan cuenta de que si todos mandan, no quedaran marineros a quien dirigirse"

Esta frase, a mi modo de ver, viene a decir que en esta época los hombres no quieren ser útiles, sino: importantes.

Y esto es más real que la vida misma. Si os fijáis todos quieren acceder a la vida fácil. Ser "famoso", aunque sea, "famoso de 3ª" pero ser reconocido, salir en los medios y ganar un dinerillo que me permita vivir mejor.
Todos deseamos alcanzar nuestro nivel de plenitud personal. Es decir, llegar como ya hemos dicho a la cumbre de nuestra pirámide de Maslow. Ser queridos, reconocidos, respetados...

Pero sigo pensando que hay mucho cuento en todo esto. Que la mitad de aquellos que pretenden ser famosos, aunque sea en su entorno, SOBRAN.
La popularidad se gana. El respeto también. Pero sólo se gana con trabajo, y con honradez. Respeto mucho a todos aquellos que ahogan su vida en este tipo de memeces, pero me identifico con el marinero. Con aquel que trabaja.

Me critican por hacerme el interesante. Creen que coincido con sus ambiciones, y mi codicia es idéntica a la que desprenden. No. De momento solo quiero vivir, siendo, uno más.

Creo que estamos en una proporción de 4 mandan y 1 trabaja. De momento, me quedo como estoy.

Si cambio, os lo diré.



Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

jueves, 17 de septiembre de 2009

Momentos para escuchar

¡Buenas noches búhos!

Lo primero, lo siento. El lunes fallé a la cita. Los motivos: estaba en Valencia preparando un último examen de derecho de la publicidad. La verdad es que me salió bastante bien pero tuve que sacrificar mi texto jeje.

Hoy quería hablaros del silencio. Veréis, intentando buscar una escusa para justificar mi ausencia durante todo el verano, me encontré con un texto en un dominical que dio pies a mi reflexión.

Todo empieza un día en el que una persona cercana a mí, me dice que ya no soy el mismo de siempre. Que he cambiado. Insistía en que antes me comportaba de una manera mucho más alegre y jovial y que transmitía todo con un positivismo desbordante. Pero últimamente algo pesaba sobre mí y me hacía comportarme de una manera más tranquila y un poco más seria.

El caso es que le di muchas vueltas. No encontraba justificación a mi actitud. Aunque pensándolo bien, sabía que algo si que había cambiado. Estaba más... serio quizá. Me tomaba las cosas de una manera más ... seria y responsable ... Pero me encontraba bien. No sé, pensaba que era algo natural, una etapa más.

Hasta que el domingo, que leyendo el dominical, di con un texto de Eduardo Punset sobre la vuelta de vacaciones. Y... encontré la solución a mi aparente cambio. Os copio el texto:

"No se puede predicar todo el rato. Si hablas demasiado no te vas a enterar de lo que busca el otro, ni vas a poder prefigurar lo que le haría falta para avivar sus rasgos innatos. De vez en cuando resultará preciso cobijarse en el silencio envolvente e inhibirse del resto.
Nadie cae en la importancia de los silencios. Y mucho menos en verano."

Esto era lo que necesitaba. Tenía que "recargar" mis pilas. Empaparme de mi entorno. Escuchar, observar, vivir, experimentar y callar, para luego poder hablar, contar y narrar todo lo que he pasado. Necesitaba escuchar también a los demás para aprender de mí y poder seguir mi camino.
Sé que a alguien le parecerá graciosa esta expresión, pero hay personas, momentos y lugares que son como una estación de servicio, repostas y puedes seguir tu camino.

Yo, encontré mi silencio y mi relajación en mi descanso de verano, en Novelda. Me evadí de todo, cambié la rutina de la ciudad por la apacible tranquilidad del campo. Me encontré conmigo y me desvinculé de todo lo que hacía.
Este es el motivo por el cual parecía más serio o más tranquilo. Simplemente estaba empapándome de mi alrededor. Atento y preocupado de no hacer nada más que leer mi entorno.

Cuando sintáis cambios en vuestro interior, no os preocupéis ni claméis al cielo. Simplemente necesitáis repostar y empaparos de vuestra intimidad, de vuestro silencio y de vuestro bienestar.

Aprovechar el fin de semana. Nos vemos el lunes, ¡lo prometo!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

viernes, 11 de septiembre de 2009

De ojos cuadrados

¡Buenos días... de nuevo búhos!

¿Qué tal? Por lo que veo, estuvísteis a punto de "crucificarme" en la última entrada, ¡eh! jajaja me esperé mucho a deciros que no se trataba de mí, si no de una metáfora. Casi me juego mi poca dignidad.

En fin, hoy me apetecía contaros (con todo el respeto al gremio informático), lo que para mí está resultando ser una de las semanas más largas de este verano.

Veréis, me apunté a un curso avanzado para edición de páginas web en .php y mysql, que por lo visto son lenguajes de programación avanzados.
Digo avanzados, porque para alguien como yo, que no tiene ni pajotera idea de programación, son un mundo.
Y dentro de ese mundo, estoy pasando 5 horas todos los días. Os cuento:

Como os he dicho, el curso era de creación de páginas web avanzado. Se trata de 25 horas en una semana donde se expone todo el temario. El curso lo imparte la umh (Universidad Miguel Hernández de Elche).
Mi ilusión cuando pagué la matrícula era desbordante, ya que sabiendo diseñar páginas web, esto me daría la suficiente formación como para hacer páginas web 2.0, es decir, que tengan interactividad con el usuario.

Bien, el primer día, empecé con ganas, pero llegué rendido a mi casa. El segundo día, llegó un momento que me dí por vencido y le dije al profesor que yo no tenía ni idea de programar, y que prefería pasar mi tiempo haciendo cosas en mi casa. El profesor me dijo que empezara de 0 a mi ritmo, y que le fuera preguntando las dudas.
¡Eso hice! ¡Y conseguí aprender .php! Genial, el segundo día fue un halo de alegría.

Este "halo" duró un día, ya que el miércoles y ayer jueves, fueron como estar en un infierno de puntos y comas, y paréntesis y palabrotas en inglés que no entendía ni con un diccionario. Pero aguanté.

Hoy es el último día. ¡BIEN! Mi objetivo se ha cumplido, he conseguido aprender lo que yo quería. El resto... no se muy bien para que sirve. Realmente, he llegado a la conclusión de que el mundo informático, es... para informáticos. Pero me merezco mi título. Ese título lo merece tanto la persona que ha conseguido aprenderlo todo, como aquel que ha sido capaz de estar 5h. al día escuchando eso. No es broma.

Pero sin discriminar, ¡eh! Solamente separo el mundo normal, del mundo informático. Y que para programar... hay que tener mucha paciencia y tiempo libre.
En fin..., ¡que sería de nosotros sin informáticos...!

¡Hasta el lunes! ¡Buen fin de semana!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

martes, 8 de septiembre de 2009

Crisis de identidad

¡Buenos días!

Hoy, de nuevo, vuelvo a escribir por la mañana. Me está costando acostumbrarme a coger el ritmo de las noches, pero pronto volverá todo a la normalidad, lo prometo.
Hablando de todo...

Hoy, me levanto de mi cama un poco cansado, mi colchón LoMónaco, no ha cumplido su cometido esta noche.
Me pongo mis Havaianas y me dirijo a la cocina a tomar mi desayuno. Entre Kellog's y Cuetara sacio mi dulce apetito matutino. Don Simón me recomienda que me tome un zumo de naranja, y así lo hago y puesto que la noche ha sido mala, no dudo en tomarme una Aspirina para mejorar mi estado.

Mientras me aseo, Axe y Nivea me hidratan y me perfuman. Me visto con mi polo de Tommy y mis pantalons de Kalvin Klein. Geox decoran mis pies.
No dudo en utilizar hoy el aroma de Hugo Boss, me gusta. Me queda bien.

Salgo a la calle, bajo al aparcamiento y subo en mi Audi A3 en dirección a la escuela superior de gestión comercial (ESIC). Pero, ¡mierda! ¡Me he dejado mis gafas de sol!
Rayban no me lo perdonaría, así que me dirijo corriendo hacia la Multiopticas más cercana. ¡Está cerrado! ¡Malditos incompetentes!

Sigo mi camino hacia la escuela y hago tiempo en la cantina leyendo Marca y Expansión. al parecer se han acabado los ejemplares de El País.
Una vez fuera de clase, enchufo mi Mac Book pro y me entro en internet. Chequeo mi Hotmail, Mi Facebook, y entro en Google para realizar unas consultas.

Para comer, me dirijo al supermercado Hipercor más cercano, compro pastas Gallo, y su salsa correspondiente, Calve de carbonara. Vuelvo a mi casa, y me siento en mi sofa.
Cuatro se adueña de mi televisor, me gusta su programación, va con mi estilo. Cuando me levanto me doy cuenta de que mi aspecto no es el que me gusta. Bajo corriendo a la peluquería Llongueras más cercana.
Después de mi cambio de look, me pongo la ropa de deporte Nike y me voy al gimnasio.

Cuando llego a casa, la revista SportLife me recomienda que haga una cena saludable, así que Floret se encarga de mi plato de ensalada, Aquarius me hidrata y Plátano de Canarias me recupera.

Vuelvo a mi colchón ya por la noche, y pienso que debería cambiar mi estilo. Pero ya no recuerdo como soy. Mejor dicho, ya no recuerdo como era.

Las marcas me robaron mi identidad, y me convertieron en esclavo de la suya.

Bueno búhos, el relato de hoy es un pequeño cuento sobre saturación publicitaria y el poco bien que hace a las personas abusar de la identidad de marca. No perdáis vuestra personalidad.

Espero que os haya gustado ¡Hasta el jueves!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

viernes, 4 de septiembre de 2009

Profesionales de su vida

¡Buenos días, búhos/as!

Sé que no es lo normal vernos a estas horas. Pero ayer me fue imposible actualizar, supongo que la vuelta a la rutina, el trabajo y los horarios, pudieron conmigo y cuando llegué a casa a penas podía escribir algo coherente.

El caso es, que hoy venía a proponeros una cuestión.
He hablado de esto con mi entorno, y hay opiniones para todo, pero me apetece conocer la vuestra, que seguro que es interesante.

Vereis, hay quien piensa que:
  • Trabajamos para vivir

y otros que piensan que:

  • Vivimos para trabajar

La primera es con la que más me siento identificado. Es decir, para mí la vida no es sólo trabajar, ¡hay tantas cosas que hacer! Por ejemplo, pienso que perfectamente puedo vivir para viajar, para conocer sitios nuevos, ¡para hacer muchas cosas!
No necesariamente tengo que vivir para trabajar. ¡Cuidado! Con esto no estoy diciendo que no quiero trabajar, ni mucho menos. Pero que sin duda, no pienso pasarme toda mi vida trabajando sin poder disfrutar.

Y... amigos, aquí está la cuestión. El equilibrio entre trabajo y disfrute. El que encuentre estabilidad en esta relación, habrá descubierto su piedra Rosseta.

Aquellos que dicen: vivir para trabajar. ¡Cuanto aman a su trabajo! ¿No? Envidia sana me provoca. Ya que al parecer hacen de su vida su trabajo. Pienso que en este grupo podemos englobar al gremio médico, o a los maestros... o a cualquier profesional de cualquier rama que sienta divinidad por su trabajo. Me parece genial. Solo que... un poco exagerado.

Creo que en esta vida hay tiempo para todo, y que separar el trabajo del resto es, casi necesario. El que se encuentre agusto con su empleo que siga, pero que no se obsesione, que al fin y al cabo de lo único a lo que a uno le despiden indefinidamente, es de su propia vida.

¡Hasta el lunes!¡Buen fin de semana!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

martes, 1 de septiembre de 2009

Estréssss

¡Buenas noches!
¿Qué tal el fin de semana? Espero que estéis aprovechando los últimos días de vacaciones y cogiendo fuerzas suficientes para todo el año.

Os digo esto búhos/as, porque cada vez más, me encuentro con situaciones de gente que pierde los nervios y la compostura debido al estrés. ASí que... aprovechar las vacaciones todo lo que podáis y cuando volváis hacerlo con ganas.

Veréis, hoy, andaba por una de las calles más transitadas de Valencia. Iba como acostumbro; con mi mp3, mis gafas de sol y mi mente soñadora. Pero, una escena me ha llamado tanto la atención que me ha hecho desconectar de mi letargo.

Resulta que una mujer, de unos 38 años, acompañada de su hijo, ha perdido los estribos y ha empezado a gritar contra todo a la vez que estampaba repetidamente su móvil contra el suelo. Finalmente, y rendida de sus propios nervios, ha caído al suelo y ha comenzado a llorar sin consuelo mientras su hijo, de apenas 3 años, la abrazaba intentado aliviarla.

Sin duda una escena enternecedora por parte del niño, pero ninguno de los que por allí pasábamos podíamos olvidar el comportamiento repentino y desesperado de aquella mujer.
Dos personas que se encontraban más cerca de la mujer han ido a atenderla por si tenía alguna lesión. Yo, mientras, me acercaba.

Al parecer, la mujer perdió los nervios debido a que su compañero sentimental no le había "pasado" la manutención de su hijo, y eso, sumado al calor, el niño, y los nervios de estos momentos de crisis han podido con ella.

Una escena que desgraciadamente he visto repetida unas tres veces a lo largo de este verano, todas por causas diferentes claro, pero similares en cuanto al comportamiento del afectado.
Una lástima. Lo último que tenemos que hacer es perder los nervios. Deberíamos intentar llevar nuestras situaciones con más calma.

El estrés no trae nada bueno. Las prisas tampoco. No hay que obcecarse tanto con los problemas.
Si de verdad queremos ver problemas, vayámonos a países tercermundistas. Allí si que hay problemas. No desmerezco ni mucho menos los problemas de estas personas, al revés, intento que se den cuenta de que ellos si que tienen oportunidades. Posiblemente otros, NO.

Siempre hay que dar gracias.

Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE