martes, 8 de septiembre de 2009

Crisis de identidad

¡Buenos días!

Hoy, de nuevo, vuelvo a escribir por la mañana. Me está costando acostumbrarme a coger el ritmo de las noches, pero pronto volverá todo a la normalidad, lo prometo.
Hablando de todo...

Hoy, me levanto de mi cama un poco cansado, mi colchón LoMónaco, no ha cumplido su cometido esta noche.
Me pongo mis Havaianas y me dirijo a la cocina a tomar mi desayuno. Entre Kellog's y Cuetara sacio mi dulce apetito matutino. Don Simón me recomienda que me tome un zumo de naranja, y así lo hago y puesto que la noche ha sido mala, no dudo en tomarme una Aspirina para mejorar mi estado.

Mientras me aseo, Axe y Nivea me hidratan y me perfuman. Me visto con mi polo de Tommy y mis pantalons de Kalvin Klein. Geox decoran mis pies.
No dudo en utilizar hoy el aroma de Hugo Boss, me gusta. Me queda bien.

Salgo a la calle, bajo al aparcamiento y subo en mi Audi A3 en dirección a la escuela superior de gestión comercial (ESIC). Pero, ¡mierda! ¡Me he dejado mis gafas de sol!
Rayban no me lo perdonaría, así que me dirijo corriendo hacia la Multiopticas más cercana. ¡Está cerrado! ¡Malditos incompetentes!

Sigo mi camino hacia la escuela y hago tiempo en la cantina leyendo Marca y Expansión. al parecer se han acabado los ejemplares de El País.
Una vez fuera de clase, enchufo mi Mac Book pro y me entro en internet. Chequeo mi Hotmail, Mi Facebook, y entro en Google para realizar unas consultas.

Para comer, me dirijo al supermercado Hipercor más cercano, compro pastas Gallo, y su salsa correspondiente, Calve de carbonara. Vuelvo a mi casa, y me siento en mi sofa.
Cuatro se adueña de mi televisor, me gusta su programación, va con mi estilo. Cuando me levanto me doy cuenta de que mi aspecto no es el que me gusta. Bajo corriendo a la peluquería Llongueras más cercana.
Después de mi cambio de look, me pongo la ropa de deporte Nike y me voy al gimnasio.

Cuando llego a casa, la revista SportLife me recomienda que haga una cena saludable, así que Floret se encarga de mi plato de ensalada, Aquarius me hidrata y Plátano de Canarias me recupera.

Vuelvo a mi colchón ya por la noche, y pienso que debería cambiar mi estilo. Pero ya no recuerdo como soy. Mejor dicho, ya no recuerdo como era.

Las marcas me robaron mi identidad, y me convertieron en esclavo de la suya.

Bueno búhos, el relato de hoy es un pequeño cuento sobre saturación publicitaria y el poco bien que hace a las personas abusar de la identidad de marca. No perdáis vuestra personalidad.

Espero que os haya gustado ¡Hasta el jueves!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE

4 comentarios:

Hugo dijo...

Tengo que reconocer que hasta que no he acabado el comentario,creia que te habias vuelto pijo, pero pijo pijo, simplemente no entendia nada, casi al final me he dado cuenta del mensaje, perdona por haber dudado de ti, pero francamente eres el tio cojonudo para escribir una novelda de terror o de lo que sea, piensalo a lo mejor da màs que la publicidad.Con un gran afecto

Anónimo dijo...

Por un momento he llegado a pensar lo que una exposiciòn continuada de sol, puede hacer sobre la mente de las personas, pero no, por esta vez el sol y la bebida nada tenian que ver con el comentario que MaIk nos trae con exacta puntualidad inglesa.Yo tambien pienso que vivimos esclavizados por el bombardeo continuo de las marcas, hasta tal punto que las màs de las veces no llamamos a las cosas por su nombre, sino por el nombre comercial, hasta ahi ha llegado nuestro atontamiento, ¿pero como se rompe ese nudo gordiano, de ser esclavos de la publidad? de verdad que quisiera que alguien me alumbrara en tal sentido, pero... todos sabemos del tema, màs nadie hacemos nada para obviarlo.Si no me equivoco hubo un comentario sobre el uso y abuso del mòvil,todos estamos de acuerdo de la esclavitud a la que nos somete el dicho artilugio, ¿quiere algùn forero decirme si personalmente ha hecho por remediar dicha situaciòn?, no, no contesteis todos a la vez, una vez màs somos conscientes de lo que criticamos, pero obedientemente hacemos aquello que se nos manda.a pesar de todo salud buhos

Anónimo dijo...

Yo creo que las marcas por una serie de razones, son positivas para el comercio, se me ocurren entre otras las siguientes razones:1) La calidad, que se ven obligadas a dar para tener una buena imagen de marca,(nadie imagina una multinacional de aliemntaciòn o de lo que sea ofreciendo una birria)2)Una marca que se precie tiene tras de si un equipo de investigaciòn que de manera continua, cuida de la calidad e innovaciòn de los productos, lo que se traduce en la apariciòn de nuevos variantes o mejoras de los mismos.3)Las marcas acreditadas requieren en algunos casos de maquinaria para el procesamiento de dichos productos, suministrada por industrias auxiliares que son a la vez fuente de trabajo y empleo.4) Una marca acreditada como Danone, Coca Cola, medicamentos y un largo etc, facilitan que se puedan consumir no solo en el pais donde una radica, sino en gran parte del mundo, lo que en el caso de determinados medicamentos, no es asunto baladi.Saludos

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el comentario anterior, sin embargo yo soy un firme defensor de las marcas blancas, no solamente por lo precios mucho màs ecònomicos sino porque normalmente suelen ser pequeñas y medianas empresas sin posibilidades las màs de las veces de recursos para I·D·i, pero que tambien tienen derecho a estar en el mercado, el que quiera marcas de renombre que las compre, el que no, ya sabe que tiene alternativas.Creo que las grandes marcas con la excusa de ser pioneras, nos hacen tragar con precios increibles, como se està viendo actualmente que ante la competencia tan feroz que hay por la crisis economica, dichas marcas se estàn dando unos paseos a la baja de toma pan y moja, lo dicho pluralidad y libertad de elecciòn.