domingo, 21 de agosto de 2011

Estrella

Se cuentas por miles. Millones.
Desde nuestra posición son puntos de luz en el cielo que iluminan las noches de todos nuestros días.

Las puedes ver desde cualquier punto de la tierra, y siempre están allí. Su luz es tan grande y su presencia tan imponente que es imposible obviarlas. Ellas han determinado el camino de muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia.
Impasibles, eternas y tremendamente necesarias.
Aparecen en la soledad de la noche. Decoran un cielo oscuro y brillan para dar esperanza a aquellos que temen a la oscuridad.

Desde su nacimiento son dotadas de la energía necesaria para iluminar la vida de todos los afortunados que las saben observar. Su comportamiento es silencioso, pues no osan alarmarnos con su presencia, solo ayudarnos a ver cuando más lo necesitamos.

Muchos de nosotros solamente nos damos cuenta de su existencia cuando el sol desaparece, pues ingenuos, creemos que es éste el único astro capaz de iluminarnos.

Y dime: ¿No es acaso mayor el valor de una estrella? Pues sin querer tener, ni pretender, el protagonismo del sol, aparecen para alumbrar en la noche. Y es aquí donde reside su verdadero cometido. Humilde, sincera, presumida y sobre todo, preciosa.

Pues una estrella es quizá el motivo de fuerza y superación para seguir adelante, para pelear, para luchar y para darse cuenta que cuando muchos creen que solo pueden ver gracias al sol, hay una estrella que les guía de noche y de día.

Lo llevas en tu piel, pues desde hace mucho tiempo sabes que has nacido para ser una estrella. Suerte de mi vida, haberte visto. Suerte haberte encontrado, y suerte poder aprender a tu lado.

Nunca dudes de ti, porque eres una estrella.


Miguel M.E. eL descafeinado de meDia nochE