Oda a la Tristeza

¡Buenos días Búhos!

Al final me he decidido a reescribir la entrada del jueves, porque he visto que no salía ni forzándolo. La verdad esque me ha fastidiado, porque había escrito acerca de la tristeza, un sentimiento que tuve hace no mucho mientras volvía de trabajar esta pasada semana.

Es algo raro, incluso para eL descafeinado es algo contradictorio, porque normalmente y por los comentarios que salen de las entradas, suele haber un aire de positividad que alegra bastante y hace de éste, un sitio ameno.

Pero aún así, creo que no es malo hablar de tristeza. No, cuando se trata de un estado de ánimo momentáneo. Si éste ocupa mucho tiempo de nuestra vida, entonces estamos hablando de un posible problemilla o pequeña depresión, pero hoy por hoy y gracias a todo, creo que lo mio no fue más que un sentimiento pasajero.

Supongo que es algo habitual y que como muchas veces habéis comentado, después de una "subida" viene una "bajada", o que la vida está llena de ciclos, unos mejores que otros y tan buenos los unos como los otros.
Bueno, yo a lo mio. Resulta que volvía andando del trabajo por una de las calles más transitadas de la ciudad. El día estaba un poco nublado y la verdad el ambiente era así como... un poco frío. (Es raro que pase esto en el mes de mayo, ya que Valencia suele tener un buen clima y salvo excepeciones como ésta, suele estar bastante soleado y alegre la verdad).

Bien, pues mientras caminaba notaba la sensación como que el mundo se me venía encima. Empezaba a pensar en la cantidad de cosas que tenía que hacer que no me daban tiempo, empezaba a pensar como pasaba mi tiempo y como me había complicado últimamente la vida. Empecé a estresarme por momentos.
No sé si os ha pasado, pero por un día, la comida no me satisfacía, el agua no me apagaba la sed, el gimnasio me fatigaba, mis manías me molestaban y el descanso no me satisfacía. Es increíble, pero es la sensación más lamentable que he tenido. Realmente, no tenía ganas de NADA. Ni siquiera me apetecía comentarlo con mis compañeros de piso, los cuales, fielmente se "comen" las penas ajenas, a la espera de poder vomitar algún día las suyas.

El día continuó como todo tenía que salir, y sin quererlo me dí cuenta de una realidad que ya sabía, pero que no aceptaba. El orden mundial no depende de mí. Es decir, no puedo controlar todo lo que pasa a mi alrededor e intentar colocarlo a mi manera. A pesar de que yo estuviera mal, el mundo seguía. El trabajo funcionaba, la clases seguían, el barça ganaba ... nosé, todo como supongo que debería de ser.
No es que me crea imprescindible, pero hay un momento en el que crees que eres clave, crees que eres el eslabón fundamental de tu contexto. Pero no, eres una pieza más. Una pieza fundamental pero no siempre necesaria. Es difícil de explicar, pero no es más que darte de bruces con la realidad. No siempre las cosas salen como quieres y... la tristeza... la tristeza viene por creer no haberlo conseguido.

Me acosté esa noche pensando porque estaba así si justo en la última entrada hablaba de que no quería perder mi tiempo enfadándome o estando triste. ¡Vaya casualidad no! Pues no, simplemente es por eso por lo que estaba así ese día. No controles aquello que tiene que fluir. Creo que hay muchas cosas en la vida que al querer cogerlas se escapan más rápido. Y el tiempo es una de ellas. Quise jugar a ser dios y poder controlar mi ánimo durante el paso de las horas. Pero eso es algo que no depende sólo de mi.

Bueno, a mí me duró un día. ¡Menos mal! Pero supongo que esto es algo normal, no debería de preocuparme, sólamente creo que debía de contároslo porque parece que después de la última entrada, yo era capaz de poder positivizar mi vida a mi libre albedrío, y no. Es más difícil de lo que parece. Es simplemente incontrolable. Seguiré vuestros consejos.

Un saludo búhos, ¡hasta el lunes!


Miguel Martí. eL descafeinado de meDia nochE